¿Qué es el bienestar animal?
- Roger Valls Martínez
- 1 feb 2024
- 3 Min. de lectura
El bienestar animal es un campo de estudio que está en auge en los últimos años, como también lo está el uso del propio término. Sin embargo, es un concepto difuso y que, probablemente por estar de moda, es y ha sido malinterpretado en numerosas ocasiones y prostituido demasiado habitualmente. En esta entrada voy a tratar de explicar un poco a qué hace referencia el término “bienestar animal” y cómo deberíamos entenderlo.

Un concepto abstracto
Para ver todo esto, lo primero que deberíamos hacer es acotar una definición válida y certera para el término, que asiente de forma clara el concepto en cuestión. La definición que probablemente cuenta con mayor aceptación a día de hoy es la que estableció Broom en 1986:
“El bienestar animal es el estado mental de un individuo en relación a sus intentos por afrontar el entorno en el que se encuentra”.
Esta definición, por tanto, deja claro que, pese a que el entorno juega un papel clave en el estado de bienestar de un individuo, su participación en este no es (en absoluto) del 100%. Y es que la otra parte depende del propio individuo: de sus características físicas, de su modo de afrontar las situaciones, de sus preferencias y de sus capacidades, entre otros factores. Es la interacción entre el individuo (que, recordemos, es único) y su entorno, lo que determina cómo dicho individuo se adapta a él y se percibe en él. Este estado mental, producto de la interacción de un individuo con su entorno, es lo que denominamos bienestar animal, y puede oscilar desde un nivel muy bajo o nulo de bienestar, a un nivel muy elevado o máximo de bienestar, pasando por un espectro infinito de valores intermedios.

El modelo de los 5 dominios
Desde un punto de vista teórico, para el estudio y evaluación del bienestar de los animales, varios autores han ido proponiendo sus respectivos modelos a lo largo de los años. Uno de los más empleados y conocidos es el modelo de las “5 libertades del bienestar animal”, planteado el año 1965 y que en los últimos años, está siendo reemplazado por el propuesto por Mellor y Reid (1994)¹, que se ajusta mucho mejor a la definición “broomiana” del término.

El modelo de los “5 dominios del bienestar animal” define, primeramente, 4 dominios basales que agrupan los distintos factores físicos o funcionales que generan los estímulos que el animal percibe y que son los siguientes:
Alimentación: tipología, cantidad, calidad y variedad de alimentos en dieta, disponibilidad y calidad del agua...
Ambiente: entramado y estructuras que conforman el hábitat, materiales, temperatura, humedad...
Salud: presencia o ausencia de enfermedades, de lesiones, condición corporal, dolor u otra dolencia de salud...
Comportamiento: expresión de comportamientos de forrajeo, exploratorios, inactividad, descanso, conductas sociales...
De acuerdo con este modelo, las experiencias que en cada momento viven los animales podrían clasificarse en alguno/s de estos 4 dominios físicos/funcionales para posteriormente ser procesadas e interpretadas por el quinto dominio, el Mental, que sería el encargado de generar en la psique del animal las sensaciones y emociones derivadas, que pueden ser positivas o negativas. Todo ello quedaría "computado" constituyendo un balance global que determinaría el estado de bienestar del animal.

El bienestar es de cada quién
Esto nos debería hacer reflexionar, especialmente a la hora de sostener los relatos absolutistas, tan de moda en redes sociales, acerca de si deben o no hacerse o prohibirse unas u otras prácticas o instituciones con animales.

De la misma forma que deberíamos evitar establecer criterios de bienestar animal basados exclusivamente en el entorno, como cuando se afirma que cierta especie “necesita X metros cuadrados de espacio” o “hay que sacarles de la jaula X horas al día”. En este sentido, ojo, no digo que no pueda llegar a ser útil en algunos casos, pero debemos ser conscientes de que el bienestar animal es algo mucho más complejo y que, de la misma forma que no todos los humanos somos iguales y no tenemos las mismas habilidades, gustos o aspiraciones, no todos los animales de una misma especie pueden ser “felices” de la misma forma. Y esto último, aplica especialmente a animales tan complejos desde un punto de vista cognitivo y social como sería el caso, por ejemplo, de primates, psitácidas, entre muchos otros.
Espero que la entrada de hoy os haya parecido interesante y hayáis podido sacar algo nuevo en claro. Si tienes cualquier pregunta, apunte o sugerencia, ¡comenta!
Muchas gracias por leerme y espero que vuelvas de nuevo para mi siguiente entrada del blog. ¡Nos leemos!
Roger Valls Martínez
¹ Mellor DJ & Reid CSW (1994) Concepts of animal well-being and predicting the impact of procedures on experimental animals. In Improving the Well-Being of Animals in the Research Environment; Australian and New Zealand Council for the Care of Animals in Research and Teaching (ANZCCART): Glen Osmond, SA, Australia, pp. 3–18.